Desde arriba ...

Hoy un día tal vez como cualquiera, después de muchas horas de caminar entre la gente, de ir a lugares comunes, de comer tal vez lo mismo que otros dias, tal vez un día como cualquier otro donde no hay nada que lo haga diferente a los demás, solo el hecho de llegar a casa y antes de entrar, voltear hacia arriba, ver un paisaje maravilloso, un cielo totalmente despejado, y sobre mi cabeza, un cuerpo que brilla hermosamente, la luna...

De pronto todo parece desaparecer y reaparecer en un instante, en otro momento, en un momento fuera de la imaginación, dejo de existir en un día normal, estoy sobre una verde colina llena de árboles inmensamente frondosos , el aire crea música con las hojas de los árboles, y los bellos destellos de la luna crean cálidas imágenes; siento una inmensa nostalgia, siento que en ese momento nada existe, solo la luna y yo, ella es testigo de mis pensamientos, de mis caminatas, de mis cantos, de mis plegarias, sueños, melodías, delirios ... todas aquellas hermosas creaciones que la mente humana tiene, pero sobre todo también es mi compañera, ella y mi nostalgia, cómplices y eternas aliadas, encargadas de llenar aquel pequeño hueco en mi pecho.

Camino sobre aquella majestuosa pintura rescatada de una película, disfruto el viento en mi cara, los destellos de la luna en mis manos, el pasto en mis pies, y el manto de la nostalgia y la luna sobre mis hombros ...

El día termina, el día acaba, y parece que duermo solo, pero por la ventana me cuida la luna, y al otro lado de la cama, mi nostalgia.